Desde Honduras para El Salvador: Así recuerdo a “Paquito Cutumay” (+ Canción)

Retazos de memorias: Karla Lara

Foto: Karla Lara
(Escuche la Canción en MP3)       

“Paquito Cutumay”, ¡qué personaje era el Paquito!, para los 80´s era, yo no diría flaco, sino liviano, brincaba como conejo, me acuerdo de él saltando cercas, igual saltaba las cercas mentales, era tan hábil con la palabra, inventaba historias completamente inverosímiles, se reía de todo y de todas y todos. Enamorado también y como tenía la mirada expresiva, los ojos grandotes y las pestañas colochas, andaba de conquistador por esos caminos de la guerra, ese mal, visto como virtud, porque las revoluciones todavía no habían ni han llegado a los recovecos para ser mujeres y hombres vistos con más equidad entre si.

Paquito era bromista por excelencia, era ágil, realmente ágil para el doble sentido. Era frecuente que se presentara frente a las muchachas como Paco, de apellido “Gerte”, y las compas se sonrojaban cuando encontraban el doble sentido de su broma, y le retiraban la mano que él con picardía les había tomado.

Paco contaba chistes, perros y hacía alegre los ensayos de los “Cutumay Camones” que solían tener toda la rigurosidad de su Director, el holandés, Eduardo Steihaert, entonces Paquito aportaba no solo ingenio para la construcción colectiva de los textos de las canciones, sino humor, mucha “jodarria” como decía, y todo pasaba mejor entre lo relajado que podían ser Paquito y el Compadre Lolo, el alma de los “Cutumay”, al menos el tiempo que a mi me tocó compartir con ellos y Teresita, que fue ya los últimos tres años del grupo, medio año en los alrededores de Perquín, Morazán junto a los “Torogoces de Morazán” y dos años y medio de ese matrimonio forzado que nos tocó vivir después en Nicaragua con “Los Mozote”, de quienes heredamos un gran pianista, René Muñoz, ahora uno de los más renombrados pianistas del jazz de El Salvador, Glenn Muñoz, buen compositor y guitarrista, Gilmar Muñoz, un gran guitarrista, y dos allegados a estos muchachos que eran maestros de música y heredaron la persecución luego de la bomba en San Miguel que sacó a los hermanos Muñoz de su casa.

El alma del grupo decidió irse al mismo tiempo, Paquito y el Compadre Lolo no quisieron atender al llamado que nos dejaba haciendo canciones y radionovelas para la insurrección, ellos querían alzar su fusil, ser parte de quienes se iban al tope y punto, y un día, sin explicarnos nada, se fueron por su cuenta propia porque la organización se negaba a enviarles argumentando que su tarea en la guerra debía ser otra.

Foto:  "Paco Cutumay" (Izq.)
Guerrilleros del FMLN en Combate
Yo me quedé extrañando a Paquito, los chistes, los poemas, el doble sentido, las canciones, las frases agudas, las miradas y las travesuras del Paquito, cuando lo volví a ver en San Salvador, un día a la carrera en el que él llegó al estudio de grabación donde yo trabajaba, para entonces Paquito ya no era flaco, y recuerdo que le dije asombrada “Paquito, nunca me imaginé que el pellejo se te podía estirar tanto”, y nos reímos mucho de eso, pero nunca hubo oportunidad de seguir compartiendo, ya Paquito era el Responsable político del FMLN en San Miguel y yo ya casi estaba por venirme de regreso a Honduras.

Hace unos tres años Carlos Jiménez de Chiltik Istac nos volvió a reunir a los Cutumay en Los Angeles, llegamos Teresita, el Compadre Lolo y yo, Eduardo todavía estaba vivo pero su enfermedad no le permitió acompañarnos personalmente al Concierto que en honor a él y a Paquito hicimos en una Iglesia, paradójico lugar para el reencuentro de tanto “diablo y diabla”.

Hay mas reencuentros que nos ha regalado su hermana Evelyn “la voz” a la que en la guerra se le bautizó como “Mariposa”, gracias a ella también tengo este encuentro en el que me toca sentarme a pensar cómo recuerdo al Paquito, creo que sobre todo lo recuerdo en la alegría de las cosas, en el buen humor, el mismo que caracteriza a esa mujer hermana que hace de todo porque lo mantengamos vivo en nuestras memorias colectivas como el ejemplo de lucha y compromiso que caracterizó a Paquito.

Paquito dice en un hermoso poema que me escribió y que conocí por su hermana “Mariposa”, que la miel se empozó en mis ojos, y no creo que haya nacido el Neruda que sepa decirme otro cumplido de ese tamaño, yo quisiera poder decirle todavía que a él se le empozó en su sonrisota de dientones blancos y parejos, que extraño tanto ese tiempo, el tiempo en que la “Patria chiquita” era nuestra.

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