Un proyecto en el País Vasco forma a jóvenes inmigrantes sin referente familiar en el uso de las TIC y el video.
El objetivo: favorecer su integración y participación, y contrarrestar la imagen que algunos medios de comunicación transmiten sobre ellos, vinculada a la delincuencia y la drogadicción.
Migración:
Ahmed Razzouke tiene un timbre de voz risueño y demuestra que le gusta hacer bien las cosas cuando, tras proponerle por teléfono que nos cuente su historia como inmigrante en España, me responde que lo va a escribir para contarlo correctamente puesto que su castellano no es bueno. Ahmed se expresa suficientemente bien en nuestra lengua como para transmitir hechos y emociones con la espontaneidad propia de sus diecinueve años y la seriedad de una persona que ha tenido que abandonar su familia, sus amigos, sus paisajes y olores, para buscarse la vida desde muy joven, cuando aún era menor de edad.
Ahmed tenía 17 años y ocho meses, como él especifica, cuando se escondió en los bajos de un camión en Marruecos para irse a Europa. “Mi familia no tiene dinero y, bueno, yo tenía que ayudar. Conseguí esconderme cuatro veces en los bajos de los camiones, pero siempre me pillaba la policía. Fue la quinta vez cuando lo conseguí. Fueron muchas horas, una esperando antes del control policial, varias en el Ferry, y luego hasta llegar a Almería. Vas pegado al motor, hace mucho calor… Es muy peligroso”. Según cuenta Ahmed, el conductor no sabía que llevaba a un adolescente agarrado a los bajos de su tráiler. No habría sido el primero que se habría encontrado un joven achicharrado tras horas de viaje o que nunca habría sabido que un muchacho había caído exhausto a la carretera y muerto atropellado por otros coches.
Pero Ahmed consiguió resistir las altas temperaturas, y mantener el equilibrio y la fuerza hasta que el conductor paró para comer cerca de Almería. Desde allí, según cuenta, cogió un autobús hasta Barcelona y otro después a Bilbao donde tenía un amigo que le había dicho que “el centro de menores estaba muy bien”. Cuatro o cinco días más tarde ya estaba internado.
Ahmed lleva unos dos años en España pero sigue sin tener permiso de residencia. “Pero en Bilbao son buenos. Si tienes el pasaporte y no te metes en líos, no tienes problemas. De hecho, nos dan una ayuda mensual de 290 euros para el alquiler de la vivienda y gastos”. Una historia más, que supuestamente ya habría sido contada, con demasiados puntos en común con otras miles, pero que nunca hasta ahora había sido relatada y respondida por su propio protagonista.
Ahmed es uno de los participantes de “Todo el mundo es inmigrante”, un proyecto de la ONG EDEX, con el apoyo de la Diputación Foral de Vizcaya, que a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) busca favorecer la integración del colectivo de los ‘menores sin referente familiar’. “La decisión de emprender un proyecto migratorio no es sencilla, especialmente en lo que se refiere a menores y jóvenes. Al llegar a las sociedades de destino sufren, en muchas ocasiones, un proceso de redefinición complejo y difícil, en un momento de sus vidas en el que todavía están formando su identidad cultural y personal”, se explica en el pdf del proyecto, que puede ser desarrollado en otras regiones e, incluso, adaptado para otras comunidades. Porque lo que han hecho estos jóvenes durante cinco meses ha sido, a través de un curso de taller audiovisual, aprender a utilizar el video para reflexionar sobre su proceso migratorio, sus emociones y percepciones sobre éste y sobre su nuevo entorno.
Y algo especialmente significativo: tomar la palabra para contar a la sociedad quiénes son frente a la imagen que los medios de comunicación tradicionales, a menudo, suelen ofrecer de ellos, vinculada al consumo de drogas y a la delincuencia. Para ello nos presentan La vida de Alex, presentada como “un audiovisual mezcla de ficción y realidad que cuenta la historia de un chico de Costa de Marfil que llega a Bilbao con la ilusión de mejorar sus condiciones de vida y ayudar a su familia. A su llegada empieza a vender CDs pirata en la calle hasta que es sorprendido por la policía y enviado a un centro de acogida de menores. A partir de entonces su vida da un giro en positivo, que comparte con Collins, Ahmed, Issouf, Braim y Mohammed, quienes cuentan sus historias y experiencias: cómo han llegado y qué es lo que están haciendo para salir adelante”.
Bruna Nunes, licenciada en Comunicación Audiovisual, y educomunicadora y coordinadora del proyecto nos explica que “estos jóvenes están en situación de exclusión social y en medio de dos legislaciones en conflicto, la dirigida a la protección de la infancia y la adolescencia, y la de extranjería.(…) Con este proyecto, además de dar voz a sus experiencias, de enseñarles a manejar las TIC, hay una visibilización positiva de ellos. Se trata también de crear un entorno de autoestima, un ejercicio que muestra que son personas que están haciendo cosas para formarse para la etapa adulta, llegar a la independencia y la autonomía, puesto que para ellos el proceso migratorio es también el paso hacia la etapa adulta”. El País Vasco es la tercera comunidad por número de recepción de inmigrantes en España, y desde principios de esta década ha sido la que ha implantado políticas más innovadoras y mayores partidas presupuestarias para la integración de los inmigrantes. “Con este proyecto.
queríamos dar voz a los jóvenes y que participaran en los entornos que les afectan. Durante los talleres hemos analizado muchos reportajes sobre menores inmigrantes, muchos de los cuales les retrataban como problemáticos, delincuentes… Cuando les planteábamos como contrarrestar los comportamientos discriminatorios que se les adjudicaban en los medios, plantearon que mostrando lo que hacen en los talleres de formación”. Estos cursos forman parte de la plataforma Hemen, una alianza de organizaciones sociales con experiencia en el ámbito de la inmigración y de la integración. El Centro Social Ignacio Ellacuría, la Asociación Izangai, Cáritas Vizcaya, CEAR-Esukadi y Fundación Peñascal han creado un “itinerario de incorporración social” para aquellos jóvenes que cumplen la mayoría de edad en una situación de extrema vulnerabilidad. El programa abarca desde asesoramiento legal, apoyo para que tengan acceso a los servicios y derechos básicos, una red de apoyo y acogida de adultos para estos jóvenes, y los mencionados cursos de formación, entre otros servicios de apoyo.
Ahmed está cursando su primer año de carpintería mecánica. Aún le queda otro año para completar su formación, cuando pasará algunos meses de prácticas en alguna empresa. “Una parte del taller consistía en que ellos plantearan la mejor forma de hacer llegar estos videos al mayor número de personas y propusieron la creación de este canal de Youtube donde también podéis encontrar otros ejercicios: hemos salido a la calle y les han preguntado lo que a ellos les interesaba a la gente, cómo ellos han hecho de periodistas y al elegir las preguntas estaban decidiendo qué se quería contar…”, nos explica la coordinadora, Bruna, quien a la pregunta de por qué se dedica a esto responde: “La comunicación es necesaria para generar la transformación social. Y cuando consigues formar o abrir un espacio para que la juventud, que son los que al final van a dirigir nuestra sociedad, aprender a utilizar las TIC para la participación, ya estamos generando un cambio social”.
Collin Euwusu salió de Ghana hace tres años y está terminando su segundo año de fontanería. “Haciendo la película hemos aprendido muchas cosas sobre mis compañeros, hemos mejorado nuestro castellano…” Su viaje de miles de kilómetros duró meses y en todos los transportes posibles: a pie, en autobús, en cayuco, en autobús de nuevo…. hasta llegar a Bilbao. Aún no había cumplido 18 años. “Pocas veces se habla de su capacidad y protagonismo a la hora de buscar estrategias de supervivencia. Se habla mucho de los 14 y 15 años, pero son jóvenes muy proactivos que deciden montar su estrategia para cambiar sus situación. Así que sería muy recomendable que más proyectos les dieran las herramientas para comunicarse”.
Hoy 3 de Mayo, 18:00 a 20:00 se presenta La vida de Alex en la Sala de Conferencias de la Universidad de Deusto, Avenida de las Universidades 24, en Bilbao.
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